Y... ¿qué tal si abrimos un taller de poesía con métrica?
Participantes: no más de diez.
Duración: seis meses o menos.
Modalidad: lectura y apreciación de poemas clásicos con verso medido más práctica de composición.
Costo: ponerle ganas y disciplina.
Ganancia: desarrollo inevitable del oído poético; apropiación del gozo encerrado en la buena poesía.
Promotor: Yo, el peor de todos.
Requisitos: ser aceptados por el tirano promotor.
Escríbanme, si se animan, a: gutigardel@gmail.com, o dejen comentarios en mi blog.
Agustín, y ¿qué será de nosotros los prosistas?
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