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-- Escritores por Juárez

2ndo Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez

2ndo Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez
Epicentro Juárez

9/28/2011

Escritores por Juárez crea red social


El Comité de Escritores por Juárez puso en marcha un nuevo proyecto que pretende reunir a la mayoría de los autores de la localidad, informaron algunos de sus integrantes.
Indicaron que el nuevo portal http://escritoresporjuarez.ning.com fue lanzado el lunes 26 de septiembre y en las primeras horas ha logrado que más de 20 escritores formen parte del sitio.
El Comité agregó que los poetas y narradores podrán utilizar varias herramientas como un blog, crear grupos y foros de discusión, subir fotografías y videos.
De acuerdo con los responsables de administrar esta red social, en las próximos días se agregará el directorio de los escritores de esta frontera, que ellos mismos podrán actualizar.
Por último agregaron que a partir de octubre el sitio se abrirá totalmente a todos los cibernautas que quieran consultar trabajos literarios, talleres de creación online y actos públicos de los autores fronterizos.
El blog www.escritoresjuaritos.blogspot.com continuará operando para difundir los eventos en Juárez y El Paso y para que los autores se enteren de las convocatorias que existen para que su obra sea publicada en Chihuahua y a nivel nacional e internacional.


9/25/2011

¡Iniciamos actividades!

Escritores por Juárez iniciará una nueva etapa con actividades en más de una decena de lugares, entre los que se contemplan lecturas en parques, transporte público, instituciones de educación en Juárez y El Paso, bibliotecas independientes, centros comerciales, la Cafebrería, hotel Holiday Inn Exprés y la Casa de la Cultura ubicada en Samalayuca.
El Comité Organizador informó que a partir del próximo domingo se abrirá el programa anual con el programa Fuera Canas en el Monumento a Juárez, dentro del Bazar Cultural. Posteriormente iniciarán las lecturas a bordo de unidades del transporte público.
Entre los lugares donde se desarrollará este movimiento cultural serán los distintos campus de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Universidad Regional del Norte, Universidad de Texas en El Paso (UTEP), Biblioteca Tolentino, Galerías Tecnológico, Biblioteca Independiente Ma´Juana, la Cafebrería, Café Veracruzano, Ateneo Fronterizo, hotel Holiday Inn Exprés, además se buscará una coordinación formal con el Consulado de México en la vecina ciudad.
El Comité hizo una extensiva una invitación a TODOS los escritores juarenses radicados en esta frontera que quieran participar en este movimiento y solicitó a quienes se quieran unir a las actividades envíen un correo electrónico a: escritoresjuarez@gmail.com o se comuniquen a través de las redes sociales Facebook (Escritores de Juárez) y Twitter (@letrajuarense).
Dentro de los siguientes días se publicará el calendario de lecturas que iniciará el próximo fin de semana y concluirá en agosto, un mes antes de que se realice el 2do Encuentro de Escritores por Ciudad Juárez que arracará en septiembre de 2012.


9/23/2011

Tengo Dolor de País


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Basura y flores


Por Nadia Villafuerte 


Para Tony, Yuvia y Edgar, 
que escriben otra ciudad dentro de Juárez


Quizá en ningún momento como hasta ahora hemos experimentado esa sensación de inutilidad que impone, frente a los libros, la barbarie del ambiente.
Si, como dice por ahí la máxima, es cierto que el artista crece en el castigo, que de la basura emergen las flores, que la catástrofe se convierte en un lugar de donde abrevar, como ya lo demostraron algunas de las obras más bellas surgidas de los momentos más vergonzosos de la historia (pienso, por ejemplo, en ese hermoso poema de Celan que dice: Un hombre vive en la casa/ tu cabello de oro Margarete/azuza sus perros contra nosotros/ nos regala una fosa en el aire/acosa con las serpientes y sueña/ la muerte es un amo de Alemania/tu cabello de oro Margarete/tu cabello de ceniza Sulamita: recuérdese que los padres del poeta murieron en campos de exterminio y él mismo sufrió penas aunque logró sobrevivir al holocausto), si es verdad eso de que en el horror pueden surgir los más hermosos propósitos, nuestro país tendría ya el suficiente horizonte de cadáveres para crear bárbaros infiernos literarios.
Sería un error pensar las cosas en esos términos. Algo significara el que, en un tránsito que ha ido del triunfo del cinismo al shock psicológico actual, nos preguntemos aún si escribir es sólo sumar historias como muertos, sólo exponer la carnicería humana en la vitrina para mostrar eso que somos: porca miseria.
Planteo aquí el dilema de qué narrar en tiempos donde el mundo es un festín tristemente inagotable, del problema que implica no convertir la escritura en una simple puesta en escena, porque aunque la reflexión es ambigua y abarcadora, parece en automático conducirnos a un asunto en apariencia fútil y del que, sin embargo, no  podemos sustraernos: escribir para qué.
Los periodos intermitentes en que el artista se ha preguntado si la escritura o el escritor tienen compromisos con una sociedad o una época son muchos. Aun ahora, incluso las sociedades más liberales y modernas enfrentan de vez en vez esa jiribilla un tanto incómoda de la escritura y su compromiso con el ser humano, con el mundo y, en medio de ambos, con todos los derivados estéticos y morales posibles.
En México, hasta hace poco, cuando la realidad guardaba bajo la manga una brutal partida que hoy ya supera a la ficción, dicha pregunta se oía anacrónica, pretenciosa, y amenazaba con exigir respuestas de índole humanista que nosotros, muy en el fondo de nuestro corazón escéptico, no nos habríamos atrevido a creer, y muy en la superficie de nuestras cabezas, jamás nos habríamos atrevido a mencionar siquiera, por temor a ser considerados ingenuos.
Este predicamento íntimo que pone en duda el valor del oficio, frente a un espacio común agobiado por sus problemas, ha marcado también a los escritores latinoamericanos. Tal parece que aquí se ejerce el trabajo creativo sin poder renunciar a la culpa histórica. Hundidos en la rueda de la supervivencia material cotidiana, muchos de quienes habitan países como el nuestro (pobreza, desigualdad, fraudes electorales, crisis democrática y el agobiante bilé rojo sobre las tumbas grises que ha dejado el narcotráfico), terminan refutando la “trascendencia” que puedan tener los libros, los museos, el teatro, los conciertos, las galerías, la vida en la calle, por considerarlos juegos más o menos ociosos, demostrablemente superfluos y a menudo irresponsables.
Y el desánimo ocurre en ambas direcciones: por una parte, ¿a quién le interesa el universo de la divagación mientras se está en un estado de sitio que no da tregua a nada? Por otra, si tantísimas obras (desde Sócrates hasta el poeta ganador de los últimos juegos florales de Oaxaca) ya han demostrado que toda la cultura, todo el conocimiento acumulado no pueden hacernos mejores como sociedad, si está claro que este es un momento en el que las acciones tienen preeminencia sobre la reflexión, ¿tiene sentido hablar de escritura, de compromiso, de futuro?
“En la vida cotidiana uno prefiere a un vecino honrado que a un ladrón con estudios”, leí por ahí hace poco. Esta verdad, que parece indiscutible a la hora de juzgar a la clase política del país, resulta injusta a la hora de pensar en los libros, cuya mala fortuna ha aumentado no sólo a partir del fracaso social y el permanente estado de emergencia en que vivimos, sino también a raíz de una época en la que las nuevas formas de percepción y su hermosa promiscuidad (del Mixup a las películas porno a las redes sociales al youtube a las plataformas electrónicas al hit parade y los videojuegos) hacen ver al libro como un objeto vintage hundido en un páramo de arenas movedizas.
Hasta hace poco, cuando la realidad comenzó a hacerse más explícita de lo soportable, la pregunta en México volvió a cobrar sentido. De la época de los escritores latinoamericanos de los sesenta, es decir, de aquel momento en el que militancia y escritura y exilio fundaron vínculos en los que hubo algo de profundamente inútil pero también algo de profundamente heroico, a la época de la depresión contemporánea, a nuestra generación le está tocando cuestionarse otra vez, en medio de una locura que a ratos atenta con ser peor que la del pasado, si es verdad eso de que este oficio puede ser todavía un acto de inteligencia, de aventura, de perpetuo desacuerdo, de provocación,  y de sentido común frente a esa bitácora de valores encabezada por la indolencia y el miedo.
Decía que tenemos de nuevo, como si la historia nos recordara que su juego favorito es ponerle play al disco, un momento con suficiente material escabroso del cual apropiarnos para reflexionar sobre el bien y el mal de la naturaleza humana. Que este es un periodo que nos pone a prueba: no sólo porque cuanto acontece en el aquí y ahora supera nuestra fuerza imaginativa, sino también porque de manera paradójica, este arsenal de hechos terribles nos obliga a tomar posturas: confrontar temas o evadirlos, discutirlos o arrojarlos al caño, y si escribir el horror y la desilusión, de qué modo, con qué intención.
Conviene, en todo caso, estudiar filosofía después de los cincuenta. Y más, si cabe, edificar modelos de una sociedad. Antes debemos aprender a cocinar un caldo y a freír, no digo ya a pescar, pescado, hacer un café como es debido. De lo contrario, las leyes de ética huelen a cinturón paterno (o bien) a traducción en alemán. Estos versos son de Brodsky quien reitera adelante: la verdad es que la verdad no existe, mas ello no nos libra de responsabilidades, sino justo al revés.
Cuando se me ha cuestionado sobre el deber del escritor con su época, cuando se me ha pedido mi opinión respecto de la literatura femenina, por ejemplo, mis respuestas han sido las más de las veces un ramo de lugares comunes: “Un autor tiene como único cometido escribir bien”. “La escritura es un acto de soledad”, etcétera.  Nos fastidia que se nos pregunte por la literatura y su compromiso (¿con qué?, ¿para quién?), pues es evidente que el artista no compensa su historia con un fin determinado. Pero esta certeza, por lo demás legitima, esconde, creo, algo de pudor: aunque hemos superado el trauma, nos cuesta trabajo aceptar una naturaleza irrefutable: no escribimos desde un cuerpo asexuado, como tampoco lo hacemos desde el limbo. No buscamos verdades absolutas, pero sí algunas páginas que nos permitan no sentirnos o encontrarnos avergonzados de ser quienes somos.
En esto no hay réplica: y en esto quizá radique el único deber que el escritor tiene consigo y con su trabajo: la conciencia absoluta de que aunque toda construcción está hecha desde las ruinas, y en este mundo no hay nada nuevo excepto las formas, el lenguaje no ha sido terreno apolítico nunca, en ningún lugar: desde donde se nace, se mira. Y la mirada siempre es elección. El canon de un escritor tiene que ver con lo que escribe o con lo que quiere escribir.
Vuelvo al principio: la máxima de que a la literatura le corresponde exponer el bien, el mal y sus respectivos matices, esconde una trampa, una forma de justificar de manera irresponsable la creencia de que la mirada, el lenguaje, son inocentes.
La belleza y el horror existen, pero es la mirada humana la que dota a ambos de verdadero sentido: y ahí es donde la belleza y el horror son susceptibles de convertirse en una forma de profundizar sobre la realidad, de ensanchar las posibilidades de lo imaginario o, en su contraparte, de banalizarlos.
Así que me surgen dudas: ¿Cómo narrar el shock del país, en el caso de que este tema pueda o deba ser narrado? ¿De qué manera discutir la violencia sin que la escritura entre en el juego de la reproducción del horror y someta con su peso sobre lo real, en lugar de captar la crisis del sujeto? ¿Habrá quién quiera referirse al núcleo paranoico, o tenga interés por contar el relato psicológico de un momento como este? ¿La ficción anticipa lo que está por venir? ¿Hasta qué punto una ficción surge de la coyuntura, y en qué momento nace de la necesidad de la voz interior? Y cuando se narra, ¿se puede exhibir todo, sin dejar nada fuera? Y toda vez que el escritor ha decidido aventurarse a los territorios más oscuros, ¿es posible salir intacto? ¿Desde qué sitio la escritura enfrenta una época bastarda y un territorio de submundo que a veces exige no ser cínico pero tampoco complaciente, guardar luto pero evitar la censura, enfrentar la serena desesperación con la que bailamos, aunque sin hacer una fiesta frívola que corra el riesgo de diluir el sentido profundo del funeral que tenemos encima?
Demasiada bruma.
Hay una imagen, un cartel publicitario que comenta Herta Müller en su libro de ensayos El rey se inclina y mata (Siruela, 2011). En el cartel, dice Múller, se ve un zapato de tacón pisando una mano de hombre. La narradora no puede evitar tomarse las imágenes en serio y las ve como una agresión innecesaria, cruel, que hiere sin motivos. Qué tendrá que ver lo bonito de un zapato con pisar la mano de una persona. La historia de esa mano pisada que entra en juego con la imagen le impide, afirma ella, comprarse el bonito zapato del cartel. Ya no le es posible separar la mano pisada del zapato. De hecho, en su cabeza es más grande la mano que el zapato, y su recuerdo le angustia. Su mente, para sorpresa, sólo selecciona una cosa y no otra. Lo mismo sucede con los paisajes bellos que albergan sufrimiento humano, ratifica. A sus ojos, el coqueto zapato está dispuesto a cualquier cosa. Jamás podría ser suyo, no lo querría ni regalado. Nunca tendría la seguridad de que ese zapato no fuera a repetir su costumbre de pisar manos sin que yo me percate, concluye.
El ejemplo de Muller deja muy visto que ningún lenguaje es cándido pero que, en su revés, pensar el asunto de la escritura en términos de eficacia guarda también un error: la eficacia está asociada con la verdad y todas sus marcas: peso de lo real, moral, responsabilidad. La ficción, en cambio, está ligada al ocio, la gratuidad, el derroche de sentido, lo que no puede enseñarse, el exceso, el azar, las mentiras.
Es cierto. Cuando uno dice ESCRIBIR piensa en ESCRIBIR POR, en vez de ESCRIBIR CON EL DEBER DE. Cuando se dice ESCRITURA de inmediato se busca devolver al lenguaje su misterio. Cuando uno piensa en ESCRIBIR, piensa en lo útil que resulta montar una distancia con el mundo, e imponer ese silencio que pueda darnos un cariz sereno o neurótico o distorsionado de la percepción, en vez de un pensamiento que al durar se anegue y, por tanto, nos prohíba torcerle el cuello a las certidumbres. Saber el límite de ambas, ahí la naturaleza y el conflicto del lenguaje.

9/16/2011

Burritos de Pura Bala: Un Viaje a Juárez

-There is nothing to see here. I used to live here, you know.
-You are going to die here, you know. Convenient.

Luke Skywalker y Han Solo en camino a enfrentar la bestia del desierto (Sarlacc).


Por Martin Camps

Cuando les decía que iba a Juárez todos me veían como a un difunto, me daban abrazos más largos de despedida, me hablaban de los buenos tiempos, como si nos despidiéramos para siempre. Mejor no vayas, decían, he oído que está bien feo allá, mejor quédate en El Paso, no te vaya a pasar algo. Después de una campaña así, en la noche antes del viaje, cuando ya de por sí no duermo bien por esa mezcla de estrés y emoción antes de emprender la salida, me desperté a las tres de la mañana con la espalda sudada, después me mantuvo despierto la señora paranoia: qué tal si me tocaba una bala perdida, de esas que siempre alcanzan a los inocentes, qué tal si me confundían con un maleante. Después de todo, los sicarios no piden disculpas si no le atinan a su víctima, no dicen, hay disculpe las balas no eran para usted. Si le toca a uno, como dicen, ya nada importa, llegan los municipales, los federales, el ejército, la gente se amontona, ya se echaron a otro, dicen, empieza el velorio de poner numeritos a las balas, como los numeritos que dan en los restaurantes para recibir la orden de arrachera, los periodistas toman fotos, nada digno, porque la muerte nunca es digna, y allí queda todo en el cajón de las anécdotas porque igual y al sicario luego le toca o de pronto lo apresan y uno sólo es un número que ellos recuerdan en su pared de rayitas donde miden a todos los que se han echado (¿a la memoria sin remordimientos? ¿o dónde los echan?).


Total que al día siguiente me fui a Juárez. Llegué al aeropuerto de El Paso, después de una escala en Phoenix que en medio del invierno es un horno de microondas al aire libre. El clima en ELP no estaba tan infernal, hasta soportable, pero la sequedad del ambiente es cruel, una gota de agua en el asfalto es deglutida al instante por una hormiguero invisible.  Me dejaron en el puente Zaragoza, de allí podía caminar a Juárez, porque los de El Paso prefieren no pasar, prefieren quedarse y contemplar la masacre desde la malla ciclónica, como lo hacían desde los tiempos de la Revolufia, cuando se acercaban al río para ver en technicolor de “reality show” a Pancho Villa. Crucé el puente lo más rápido que pude, veía a los automovilistas en sus filas, hastiados, los guardias migratorios en las garitas revisaban los pasaportes, los perros olisqueaban los autos. Al bajar la cresta del puente, después de ver un río tan seco como una garganta de náufrago vi la bandera mexicana, se veía sucia, alicaída, como un barómetro simbólico del humor del país, pensé en que si fuera artista, haría una caricatura de la bandera goteando sangre, sería muy cursi, por eso no soy artista visual. Al otro lado me recogió mi hermano, me llevó hasta el hotel donde tendría lugar el Primer Encuentro de escritores en Ciudad Juárez. El encuentro tiene el objetivo de reposicionarse de los espacios de la ciudad, de hacer lecturas de poesía y narrativa en los espacios públicos: escuelas, camiones de transporte público, parques. El evento fue organizado por el esfuerzo de Edgar, Antonio y Yuvia, verdaderos héroes de la ciudad. Las lecturas se llevaron a cabo en los primeros días en el Hotel Holiday Inn Express y en las tardes en la Cafebrería Sol y Luna donde hubo un encuentro entre generaciones de escritores, una especie de pugilato a fuerza de palabras y camaradería. Mientras algunos bares en la ciudad estaban cerrados, esta torre de la cultura estaba lleno de escuchas de poesía y narrativa. Las noches se dedicaban a esta esgrima de lecturas. El domingo fue de lecturas en el Monumento a Benito Juárez en el marco del Bazar cultural y un emotivo homenaje a la poeta Susana Chávez que fue asesinada en la ciudad. También sirvieron de sede la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez y la Universidad Regional del Norte.


Juárez es una ciudad medio muerta (aquí ayuda la expresión, pero también, medio viva) se ha quedado vacía por la violencia, por la constate revisión en los retenes, por parte de policías municipales, policías federales, militares. Juárez ya era una ciudad donde la identidad ya de por sí estaba en constante fricción, al cruzar el puente internacional se quiere saber quién es, a dónde va. Ahora también ese mismo rigor existe en cada esquina, los militares esperan, ven desde sus máscaras negras bajo el calor infernal, armados hasta los dientes, los federales nos miran buscando el rostro de un sicario, distinguiendo a los ciudadanos comunes, a los que hacen que la ciudad se siga moviendo. Me decía un ciudadano: es que si los extorsionadores queman los negocios, ellos mismos no van a tener dónde comprar cervezas, dónde comprar comida, se colapsa todo. Ahora ya todos pagan, dicen, pagan por protección a los extorsionadores. De hecho, dicen, los camiones que bloquean las calles son para que no vengan los sicarios de otro bando a proteger a los extorsionados. Y todos juran, a pesar de lo que dice el gobierno, que el mismo Estado protege al cártel de el Chapo. Pero hay muchas teorías, los juarenses se han convertido, sin quererlo, en especialistas de teorías del rumor. Calderón, dicen, expuso a los diversos carteles, a los líderes, antes nadie sabía quienes eran, ahora todos tienen rostro y nombre. Los juarenses son decididos, han empezado a salir de sus casas y a reactivar la vida nocturna, antes estaban atrincherados en sus casas. Imagino el cambio social que significa el que no haya espacios para la socialización, porque los que pueden se han ido a El Paso, allá sí se ha activado la noche. El Paso está boyante porque se ha beneficiado de la desgracia de Juárez, pero prefieren mantenerlos como el patio trasero, la casa chica y fea a la que nunca se visita.
           

Fui a una lectura de poesía en el consulado de Estados Unidos. El consulado es uno de los más grandes del mundo, funciona como una embajada, nos dice la amable agregada cultural, tiene un trasiego enorme de personas que buscan su residencia en los Estados Unidos. En los linderos del consulado se levantan hoteles, restaurantes, para ayudar a todos los visitantes que tienen que hospedarse por una semana en la ciudad para arreglar sus papeles. Para entrar al consulado hay que dejar todo instrumento tecnológico: celulares, cámaras. El consulado por dentro sigue los mismos códigos de construcción norteamericana y esto se ve de inmediato. Pienso que en México no existe ese código o sólo en unas partes, las más caras, pero en otras el código es ausente y todo parece improvisado, las banquetas, los edificios. Los guardias todos son mexicanos, de una compañía de seguridad, llevan boinas, armas, nos hablan a través de un vidrio a prueba de balas (y de palabras). Adentro me tomaron una fotografía para el periódico local. No entiendo por qué en México la cultura siempre se cubre por espectáculos, tal vez porque somos sólo espectáculo. La reportera gráfica me pidió mi nombre, le di mi nombre y apellido, pero me dijo, no, sólo el nombre. Alguien dijo, que ya no ponen los nombres en el periódico, para que “no los identifiquen los malos”. Veo un periódico que está en una mesa y en efecto, solo hay Juan, Pepe y Lucía. (Me dice mi hermano, ocurrente, que cuando viene Calderón, sólo le ponen en el pie de foto: Felipe)  La ciudad no sólo va despareciendo en forma de edificios cerrados, negocios clausurados o quemados, también la identidad de las personas entra lentamente al terreno de lo fantasma, a la desaparición paulatina de quienes somos. En el futuro, siendo exagerado, sólo saldrán números: ciudadano femenino uno, ciudadano masculino dos. O de plano usaremos máscaras para ocultar nuestra identidad y confundir a “los malos”.


En la mañana fuimos leyendo en el “transporte público” nombre muy sofisticado para las “ruteras”. Las ruteras son camiones antiguos de verdadero transporte de escuelas en Estados Unidos que encontraron una segunda vida en las calles de Juárez, después de ser pintadas de verde o azul y bautizadas como la “Juárez aeropuerto” “Centro” etc. El interior de las ruteras consiste en un conductor que hace lo que puede para recolectar pasajeros. El interior tiene algunos asientos, otros están pintados, acuchillados, grafiteados, otros están rotos, tienen respaldo pero no asiento o viceversa. Este camión se convierte ahora en una sala de lectura de poesía. Cada uno de los escritores lee un poema, con un libro en la mano y con el otro agarrado del pasamanos. La gente escucha, unos adolescentes preguntan de dónde venimos. En un momento se sube un paletero y peleamos por la atención de los pasajeros: “bolis, paletas, nieves, agua” dice el señor que se baja a la otra esquina. Al terminar de leer mi poema, en un arranque de felicidad por estar en lo que es ya mi mejor lectura de poesía en la vida, grito ¡bajan! al final de poema y en efecto el camión se para unas cuadras después (los frenos se lamentan, pero sirven) a recoger pasajeros. Alguna vez yo fui pasajero de esas rutas y la verdad se agradece todo tipo de entretenimiento siempre y cuando no exijan dinero al final. Finalmente nos bajamos frente a la gasera “Z” lo cual me pone absurdamente nervioso, por cierto grupo criminal con esa misma afinidad alfabética. Para colmo, el guardia del lugar nos mira con una intensidad de película de malo de “viejo oeste”. Lo saludo con un “jao” gestual con la mano, al estilo nativo-americano para suavizar su paranoia, pero ni se inmuta. Me parapeto en una sombrita que ofrece un pino amarillo (¿pues qué no son evergreens?).  Unos minutos después llega una camioneta donde se baja una mujer y conduce un hombre. ¡Súbanse! nos dicen. Mi compañera Carmen, pregunta justamente: ¿Y ustedes quiénes son? Explican que vienen a recogernos de la biblioteca comunitaria Ma’Juana. Nos subimos todos, ensardinados pero felices de no estar allí esperando en medio de esa calle. Llegamos a la biblioteca, nos esperan unos niños. El lugar es un bastión de la resistencia, un monumento al coraje y a la creatividad. Es una biblioteca levantada por la buena voluntad de convencidos de que la cultura es lo que salva al hombre, de que la transformación del ser humano empieza en la lectura, y en la lectura temprana. El lugar es una casa que no alcanzó el “desarrollo” de los “magos” que planean las ciudades, tiene un baño, una cocina, hay una biblioteca con libros para niños, la mayoría, con un patio para lecturas, para eventos. Veo en este lugar la creación de un cambio para el país. No en eventos culturales que gastan millones para traer a un cellista húngaro a la ciudad donde sólo los ricos tienen para comprar esos boletos, sino allí, en la formación de lectores jóvenes. Este lugar conmueve y llama a la acción, si el gobierno quiere enjaretarnos una guerra y los “malos” quieren agujerarse de balas, la sociedad quiere libros, quiere amabilidad vecinal, quiere misericordia y lectura. Leer es el acto más revolucionario y escribir es la revolución. Bien dijo Edgar, uno de los organizadores en el texto de inauguración: Escribir es resistir. 

Esa tarde hubo otras mesas de poesía. Las mesas de poesía teóricamente son una oportunidad para conocer el trabajo de otros poetas, de oírlos de viva voz. Pero prácticamente requiere de tazas de café para mantener la atención fresca, para no perderse en el sopor del calor, que en Juárez es cosa seria. En la noche nos invitaron a la casa del bisnieto de Pancho Villa. Sí, el bisnieto de la última esposa del Centauro del norte. La casa estaba en el campestre que es el barrio más “pituco” (como dicen en Perú) de Juárez. La casa tenía paredes de madera, fotografías del bisnieto en trajes típicos de la revolución. “A este si le hizo justicia la Revolución”, dice Willivaldo, siempre suspicaz. Es cierto, la casa tiene esos adornos que denotan cierta holgura económica mezclada con cierto antiguo aburrimiento. Pero soy débil a la generosidad humana, aún cuando a cambio hay que escuchar discursos. El bisnieto dio un discurso largo, agradecido con sus amigos y vi rasgos del bisabuelo cuando se conmovió hasta las lágrimas. Hay una fascinación en ver los rasgos parecidos, ver que en ese cuerpo viven los genes de uno de los héroes de la patria.
           

Dos de mis hermanos todavía viven en Ciudad Juárez. Llevan a sus niños a la escuela y ellos a trabajar, en un acto de fe, esperando que no pase nada, que las balas apunten para otro lado y que los “malos” se alejen de las escuelas, cosa difícil, porque todos en Juárez sabes que cuando toca, toca. Nadie está a salvo, todos están secuestrados por el hampa y por los que combaten el hampa, que algunas veces pisan de ambos lados. Unas señoras que esperaban a sus hijos afuera de una escuela fueron baleadas unas semanas atrás. Mientras esperaban a sus hijos en ese acto maternal que debe estar protegido hasta por los que no tienen escrúpulos. Pero así deben ser los días cotidianos en el infierno, una tragedia de mayor bajeza cada día hasta que se desintegre cada molécula humana, hasta que nos hagamos añicos.


Pero en medio de todo hay que conservar la calma, la entereza. Y para eso el pueblo juarense es bueno, no se rinden. ¿Por qué me voy a quedar en mi casa? ¿Por qué me voy a ir? Que se vayan ellos. Y la gente sale a los restaurantes, aunque una balacera pueda cruzar las ventanas y cruzar los cuerpos y las paredes y terminar con todo así de ipso facto (o como dicen aquí, en vernáculo, de chingadazo). Los jóvenes también salen a los bares, a divertirse, ¿por qué poner la vida en stand by? Algunos antros de la zona del PRONAF estaban llenos, con los “parqueros” estacionando coches, pero eso sí los retenes con los federales armados hasta las caries, protegiendo, al tanto de los temidos sicarios y sus puños de balas.


¿Que la poesía no sirve para nada? La poesía es lo que requiere la ciudad, las artes, las humanidades, cuando se pierde el rumbo de la humanidad a fuerza de guerra y masacres, hay que empezar a cauterizar con los que nos compone como humanos, con nuestras expresiones del lenguaje, de misericordia hacia los otros, de paz. Nada más pacífico que un hombre leyendo, que una persona con las manos y la mente ocupada escribiendo. En nuestra historia, en nuestra cultura, en nuestros escritores y lectores, en los niños y jóvenes, descansa lo que nos construye como sociedad y creo que cuando se habla de reconstruir el “tejido social” se debe hablar de recurrir a las letras.

Para todos los juarenses, mis respetos por su valor para encontrar la paz de lo cotidiano en medio de la violencia.
             


9/15/2011

Del Encuentro

Por Míkel F. Deltoya
I
 He abordado el autobús con destino a Ciudad Juárez, al Paso del Norte, al punto de reunión de las naciones, al punto medio, a la frontera más bella, me tiemblan los pies, hace un año que no la veo, temo que me haya olvidado, sin duda no la he olvidado a ella, me espera una larga noche, dieciséis horas, tengo un par de libros que son más entretenidos que las películas trilladas del ómnibus, repito; será una larga noche.
II
 Llegué, el camino entre Villa Ahumada y Juárez me ha regalado esa hermosa mañana, el horizonte nace entre colores rojizos, anaranjados, azulados, oscuros. He vuelto, pero no sólo he vuelto, la ciudad ha vuelto también a mí.Sobre la inauguración:
Bueno, comienza el evento, Stábile, Rincón, Flores, Chávez, nuevos y grandes rostros, personajes ya de una identidad fronteriza, unidos, han salido de sus casas de papel y tinta, se han reunido, los medios, la gente, todos portando un gafete. "Escritores" dice el mío, no soy escritor, aún no, pero me siento como tal, y me gusta porque, no soy el único, nos hemos reunido, convocados, como fieles hormiguitas que sabiendo que lloverá, salen a buscar provisiones.
III
Fuera Canas vs Fuera Barros
Agustín "De Hipona" García y su servidor comenzamos la batalla, estoy a años luz de él, de volada se evidencia mi inexperiencia, soy un cachorro jugando con una pelota de plástico, la experiencia no nos come; nos complementa, y se complementa con verlo a él... a Miguel Ángel, sentado, con un sombrero y bastón, un porte único, todo un escritor- quiero ser como él- me digo a mí mismo.
Me encuentro con Yuvia, que vende libros, le compro dos, sigue el evento, tantos rostros desconocidos pero familiares, como si fuésemos todos una sola esencia, todos, uno mismo, estamos aquí reunidos por algo, no cualquier cosa, algo.
Ogaz... Ay de Ogaz, quizás el más poeta de todos, el más transparente, el más "chingón", ha noqueado a mi colega Mich, pero ambos dieron mucho...
simón que sí... Órale.
IV
Édgar es todo un tipo, noble, le ha dado esa cereza al evento, no busca presumir, le da relajación a todo, el trío invencible (Cháirez, Luna, Flores) se nota cansado, disimulan las ojeras con páginas de libros, o con café, qué sé yo, me encuentro a mi colega "el Mich", no ha cambiado mucho, no hemos cambiado mucho.
 Norte vs Norte
Los compadres de Tamaulipas no están leyendo, no están declamando literatura; están escupiendo letras... de las buenas, la gente sonríe, el público se amontona en este Montparnasse local, eso es, la cafebrería es nuestro Montparnasse... y que lo sepa el mundo, que sepa que entre la literatura y el hombre no hay intermediarios, quizá un micrófono y aplausos, nada más.
V
ICSA, llega gente, rostros similares, literatos, algunos leerán su vida, algunos otros, serán descritos por sus poemas, los aplausos son el ´"gasoil" que alimenta el motor de nuestras vidas, somos eso, vehículos en movimiento, brindamos literatura, vamos a mil por hora, quiero llorar, la emoción es enorme, casi tan enorme como Juárez, como su megabandera, como su centro, como las calles, como... como los pisos desconocidos de la cafebrería; monasterio de poetas... rincón de los versados... parte-aguas de la filosofía... rincón de los ilusos, menester de los amorosos, el hijo bohemio del Pronaf. En la URN, confirmé lo que supe desde un principio; voy a ser escritor, voy a seguir viniendo al segundo, tercero, cuarto... el que sigue y sigue; esta es mi familia, esta es mi extensión, estos escritores son mis mentores...
VI
... y nos une un directorio, nos unen reconocimientos, nos unen las micro charlas, los cafés, las latitas de refresco, el estrechar de manos.
Juárez... esto es Ciudad Juárez... y ellos la trinidad que remó contra marea, que remó contra imposibles, que luchó contra los intereses y el dinero, y filtrando lo demás, trajo literatura simple, sin reservas ni exclusividad, a esta frontera...
nos hizo sentirnos, un solo poema, un solo escrito,
un encuentro que nos hizo ser libres, y prever con determinación esa paz que ya viene cerca...
nos hizo sentirnos algo más que escritores... nos hizo sentirnos humanos, ciudadanos, nos hizo sentirnos... letras.
VII
Volveré a Monterrey… pero algo en mí se quedó allá, no sé qué… y no quiero recuperarlo; es más lo que me traje.
Gracias Juárez, gracias escritores, gracias amigos… nos volveremos a ver.

9/12/2011

Tres imágenes, tres

(Microcrónicas del 1er Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez)


Por Antonio Flores Schroeder

I
Martes 6 de septiembre, 01:15 aeme: El señor Amarillo es una alucinación de unos cuantos. De algún lugar tiene que salir cada vez que hablamos de él. Castillo comienza a preocuparse, Nadia ríe, Carmen se mofa, Cecilia no para de hablar, Camps nos contempla en silencio y Uberto trata de explicarse tanta coincidencia. No hemos hablado de otro asunto esta noche.

II
Domingo 4 de septiembre, 1:30 pe-eme: Entre la gente que camina alrededor de nosotros, veo a Roberto Castillo con lentes oscuros, platicando con Édgar Contreras. Ha venido más gente de la que esperábamos al Monumento a Juárez. Roberto y Édgar están debajo de una sombra, justo detrás de la última línea de sillas donde los asistentes escuchan a Mauricio Zerk Rodríguez, leer algunos textos de Susana Chávez.

III
Viernes 2 de septiembre, 9:00 pe-eme: Michell se sube retador al ring, Ogaz, en cambio, lleva una risita chingadora dibujada en su rostro. Comienza la función: uno, dos, tres, cuatro versos y luego los sonetos, la máscara de luchador, adiós a la playera, Ogaz es como un rey, Michell, temeroso lo oye pero no lo escucha. Inolvidable.

9/11/2011

Letras y Cafe: Crónica de un Encuentro

Por: Yuvia Cháirez

Shoot for the Moon. Even if you miss, you'll still land amongst the stars
-- Les Brown 

Antonio me dice que no tenemos idea de lo que hicimos. Que movimos al mundo en 4 días, que todos han quedado impresionados por lo que tres voluntades pueden hacer. Me dice que ya extraña el bullicio, el estrés, la adrenalina, y que se siente solo. Me dice que de vez en cuando el recuerdo de lo ocurrido le roba el aliento y tiene que sentarse a tranquilizarse. Me dice con convicción creyente que todavía no nos cae el veinte --- que todavía no me cae el veinte de lo que acaba de pasar.

Yo sólo lo escucho. Durante meses sólo he logrado escucharlo/leerle sus histerias y he tratado de comerme sus ansiedades para que continúe su buen funcionamiento. Siento que ese ha sido mi trabajo, mi valiosa contribución al desarrollo del encuentro: tragarme los demonios que asechan para que todo salga bien y a pedir de boca para que esto no se caiga. Y no es, como dice Antonio, que no me haya caído el vente, sino que tengo que hacerlo ajeno o de lo contrario la soledad del Sunday Morning After me tragará completa y alguien tiene que sobrevivir para contarla.

Los dioses saben los caminos; uno tiene que callarse y escuchar las instrucciones si es que quiere sobrevivir al ritmo del universo. 

Fue un 2 de septiembre cuando me citó en un Sanborn's a tomar una taza de café. Tal vez no recuerdo al detalle la conversación del día, pero recuerdo perfectamente el sabor del café: sabía a esperanza, a emoción. El llamado para hacer un taller literario junto con una serie de proyectos llegaba en un momento donde a mi vida ya le faltaba el significado, se volvía monótona y necesitaba un jolt. Recuerdo haber pensado, "pinche sueño guajiro, seguro en dos meses se le pasa y luego van a pasar otros diez años..." porque ese era el tiempo que llevábamos sin hablarnos (y hasta la fecha, la pregunta de "¿Por qué yo?" me quita el sueño por las noches pues hasta este punto de la historia yo estaba retirada del writing bisness y considero que habría mejores personas capaces de hacer el trabajo... pero divago). Luego, en Enero, pasó lo de Susana. Ahí fue donde el Encuentro fue concebido entre café, cerveza, ego y sudor. Se llamaría Susana Chávez y yo me opuse, no porque no me agradara Susana, sino porque los honores deben hacerse en vida, ya muertos ni las gracias son necesarias que el tiempo se olvida de uno y luego solo queda el cascarón de ¿y quién fue y por qué le pusieron su nombre?.


Fue una segunda taza de café en el Sanborn's cuando se conformó el equipo de trabajo. Nunca delegamos nada. Haríamos lo mejor que podíamos hacer. Por mi parte, la Universidad Regional del Norte había abierto sus puertas (porque buscaba notoriedad mas que nada) a cambio de publicidad. Fue generoso de su parte (por lo regular cobra por préstamo de aulas/instalaciones). En ese momento, teníamos nuestra primer cede. Hablamos de la inauguración y de las primeras mesas. Habríamos de sacar una convocatoria, porque cuando estamos en caliente la raza siempre nos dice que si pero a la hora de los chingadazos la raza tiende a decir que no y nos ha dejado colgados. Por esos tiempos estaba yo organizando la convención de comics Jutsu-Me y gracias a una idea dada por el depto. de promoción, nos contactamos con Olga Bashbush para ver la posibilidad de que fueran patrocinadores del evento, tal vez no económicamente (aunque esa era la tirada) pero sí con la presencia -- sabíamos que eso abriría algunas puertas. El Consulado y sus representantes (Olga y Juan Pablo Santana) nos dieron la luz verde y entonces no sólo teníamos luz verde, sino que teníamos ya la realidad tangible. Esto ya era imparable. Tercer café. Are you in, or are you out, right now. Y todos dijimos, "I'm in".

Alguien tiene que ser.  Si íbamos a hacer esto lo haríamos independientes de las instituciones. Estábamos cansados de ser ignorados por las mismas. Queremos recuperar la ciudad de la violencia, darle una razón de ser, no más muertos, no más narco --- queremos recuperar los espacios públicos que las instituciones han dado por olvidados. Nadie nos puede detener de eso. Nos sentamos a delinear nuestra convocatoria. Escritores nacidos en Juárez o radicados en Juárez por más de seis meses tendrían derecho a participar. No importaba si tendían currúculum, si habían publicado o no. Lo que importaba era que escribieran y que -- como nosotros -- estuvieran dispuestos a regresarle a Juárez un poco de lo mucho que la ciudad nos había dado. Con veinte solicitudes que nos lleguen -- pensamos -- estaremos bien. Abrimos una cuenta de correo electrónico para recibir dichas solicitudes y yo ligué esa cuenta a mi cuenta personal. Hasta la fecha hay aproximadamente 100 correos de personas que quisieron participar o de personas que desearon que leyéramos su material. Si todavía no he regresado esos correos, pido disculpas y paciencia: estoy leyendo cada uno de sus correos. Fue también por estas fechas cuando nos dejamos llevar por el monstruo de las redes sociales y -- con ya eventos planteados en la cafebrería (Fuera Canas, Open Mics)-- llegamos a una gran cantidad de gente.

Poco a poco fue creciendo la bola de nieve. De pronto teníamos el apoyo de la UACJ, el ICHICULT nos pedía unir esfuerzos y el Holiday Inn se prestaba para el evento. De pronto ya teníamos invitados de fuera, inserciones en el NORTE y menciones en diversos medios cibernautas. Decidimos hacer una página blog para sucesos del evento. Poco a poco fue llenándose con noticias... y todos estaban al pendiente de ver cuándo publicábamos las mesas de trabajo. Pedimos al ICHICULT boletos de avión y hotel para la gente que viniera de fuera. La U.R.N. hizo algunos contactos para ver lo de alguna comida y transporte. El consulado se ofreció a dar bocadillos a los que asistieran a su evento. Todo parecía estar saliendo a pedir de boca: una talentosa diseñadora gráfica, Suki Rosales, hizo el logo que nos caracteriza hoy y siempre.

 Edgar Rincón se encargaba de todo lo gráfico: banners, mantas, trípticos, cartas, memos... Antonio se encargaba de ir consiguiendo espacios, patrocinios, lugares, escritores... Y yo... yo me encargaba de que el blog continuara activo, de corregir algunos errores en las cartas, de dar entrevistas (algunas) y de ayudar en lo que pudiera. La verdad es que cada quien puso su granito de arena y poco a poco ese granito fue creciendo y se unificó a la perfección. Tuvimos rencillas, las remendamos y seguimos adelante. Nunca pusimos egos enfrente del objetivo en común. Siempre supimos que podíamos lograrlo.

Si hubo alguna rara vez cuando pensamos no poder lograrlo fue tal vez cuando nos negaron patrocinios, cuando nos hicieron largas para los boletos de avión, cuando no teníamos dinero para las comidas, cuando el transporte nos quedó mal o cuando no había ni para el café. Nos dijeron MAFIA porque callamos a nuestros críticos con acciones y no le rogamos a nadie --- sabíamos lo que cada uno de nuestros enemigos eran capaces de hacer y por ello  los empujamos al límite de sus paciencias. Supimos que nos acuchillaban por la espalda en otros encuentros alrededor del país (alacranes a las que les tuvimos confianza) pero ni eso nos hizo achicopalarnos. Sabíamos que era tarde para echarse para atrás.

Y de pronto el evento estaba en puerta. Habría que recoger gente al aeropuerto. Ya era la hora de la inauguración del evento. Y de pronto ya estábamos viendo realidad todo lo que propusimos con un café. Y de pronto estábamos en la Ma'Juana, en los camiones, en el Borunda y el Monumento. Y de pronto ya no era nomas una plática más de muchas. De pronto ya era realidad tangible. De pronto ya estaban aquí Monterrey, Tijuana, México DF, España y San Luis Río Colorado. De pronto ya estaban aquí todos esos escritores y de pronto habría que resolver problemas bajo la marcha. De pronto hubo rencillas que se tuvieron que resolver antes de que llegaran a mayores. De pronto hubo romance, de pronto hubo de todo. De pronto hubo tequila, carne asada y buenas amistades. De pronto hubo poemas, narrativa, guión y novela gráfica. De pronto a alguien se le ocurrió hacer un encuentro con Los Hijos Bastardos de la Literatura. De pronto una niña toma el escenario y lee un grandioso poema. De pronto está su papá super orgulloso de ella. De pronto Susana se une a nosotros y se siente su presencia, se abraza de su amante y sonríe al ver aquello. De pronto sus amigos se acuerdan de ella. De pronto los camiones aplauden ante la presencia de los poetas y nos dan las gracias por estar aquí. De pronto me llegan textos para revisión para el próximo encuentro. De pronto nos piden fechas. De pronto queremos dormir. De pronto el carro se vuelve taxi. De pronto la lotería se gana un libro. De pronto los libros se vuelven negocio y tema de conversación. De pronto hay que unir mesas, hay que separar mesas, hay que poner autores, hay que bajar autores, hay que hacer migas con enemigos, hay que separar a los amigos. De pronto hay mucho y hay poco qué decir.


Y de pronto hubo nada. De pronto se acabó todo. De pronto estábamos solos en la sala de clausura. De pronto ya no escuchamos las voces y ya no sentimos los fantasmas. De pronto ya no teníamos la presión. De pronto estábamos cada quien uno con su alma y conciencia. De pronto nos entró la malilla y ni el pan con cocacola nos ayudó. Nos fuimos a Literatura en el Bravo para tratar de alcanzar ese bullicio una vez más y ni con el Fuera Canas! del Día lo logramos conseguir. Extrañamos todo aquello.

Tal vez, pienso ahora que escucho a los Stones, nos haga falta sentarnos a beber otra taza de café, a ver qué sueño Guajiro nos alcanza.

Tal vez, pienso ahora que escucho al silencio que abraza la noche, esta vez, lo hagamos diez veces mejor... o tal vez el resto, aunque mejores, no tenga ese espíritu aventurero que tuvo el primero... uno nunca lo sabe hasta que lo hace y lo experimenta en carne propia.

Ustedes, los que estuvieron frente a nosotros, son los que tienen la última palabra.

Salud!

Nota de Michell Vásquez (gracias a Sergio Amaya)

Queridos Amig@s, hace unos días se llevó a cabo el Primer Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez y entre los participantes se encuentra un joven escritor y periodista, les comparto su última aportación al periódico El Norte de Ciudad Juárez, donde hace claras las intenciones que los Escritores de la ciudad pretendemos al acercar la literatura al pueblo común, espero les agrade y lo retransmitan, pues en todo el país es necesario:

Michell Vázquez*
Norte
2011-09-11
04:15:54

"Las balas no dan alas" "pinta callejera
Los escritores suelen formar grupos élites de intelectuales. No cualquiera puede ser de "ese nivel", el tener un catálogo mayor de palabras y de conocimientos los hace diferentes de los otros. Pues esa es su labor, tener grandes conocimientos, y practicarlos. Sucede el mismo fenómeno con los médicos, que con palabras que no entendemos (por lo mismo de no ser médicos) muchas veces nos explican cierta enfermedad para terminar diciendo que tomemos una acción en especifica. Varios intelectuales buscan hablar y expresarse siempre con un vocabulario mayor, no para curar alguna enfermedad, sino por el hecho de saber más y querer demostrarlo. Pecado mortal, se abre una brecha de ignorancia que mantiene y perjudica a ambos lados. La buena noticia es que no todos son así, y la mejor noticia es que "esos" que se creen mejor que el otro nunca van a vender ningún libro, si ni los pueden conocer, menos le van a comprar.
Un grupo de escritores, de esos que tienen el "don" y que con pasión componen historias, versos, de la vida (que somos todos) usando las palabras (que tenemos todos), decidieron hacer un encuentro de escritores. De esto ya se han escrito palabras aquí. Reunir a la mayoría que escriben en nuestra ciudad. Haciendo, implícitamente, un llamado a la unidad, con el propósito de recupera los espacios perdidos por las balas y demostrar que existe gente que además de quejarse, de sentir dolor, miedo y cansancio por la situación actual se levanta de su sillón de pasividad y toma cartas en el asunto. Y fue un éxito, por lo general es poca la gente que asiste a eventos de corte literarios, por ni saber qué es. En esta ocasión tomó por sorpresa la asistencia y la aceptación de la mayoría para el evento. Un ejemplo claro fueron las lecturas en el transporte público (ruteras), donde la gente sorprendida escuchaba los versos de los poetas y apoyaban con aplausos, preguntaban y animaban. La gente necesita un cambio y lo reciben con brazos abiertos.
Necesitamos acciones inmediatas que busquen el despertar de la gente que ya no se mueve por política (que nos miente en cada palabra), que sienten que las cosas no cambian y que no van a cambiar, que siempre hemos sido corruptos y que siempre seremos corruptos como país, llegarle a esa gente que viven en un mundo del "no va pasar nada". Los escritores no tenemos nada mejor que las palabras conjugadas con acciones. Urge salvar la niñez de nuestra ciudad, como dijo el poeta Edgar Rincón, existen niños de seis años que únicamente conocen a la ciudad en guerra, debemos cambiar su presente, no se lo merecen.
Ante todo esto, usted lector, usted miembro de mi club de fans de la tercera edad integrado por tres cabezas blancas, todos, necesitamos, usando la paz, buscar el cambio. Basta de quejas inútiles, que son espejo de los discursos políticos. Busquemos informarnos, organizarnos y luego movilizarnos. El comité de escritores del primer encuentro prepara una serie de acciones a favor de la sociedad. Pero la misma sociedad nos va a salvar, por eso el llamado permanente a correr la voz en los diferentes eventos. Las cadenas de correos, de "Feisbuk" u otros medios cibernéticos sirven para algo más que lo de siempre. Es un llamado sin otro propósito sino el cambio en nuestra ciudad, no hay política, ni religión, ni dinero de por medio. Sólo el esfuerzo de Ciudad Juárez salvará a juaritos.
Gracias por leerme,
opiniones, críticas, sugerencias, comentarios en general:
michvasa@hotmail.com

*Michell Vázquez es editorialista del periodico Norte de Ciudad Juárez.
Tiene 19 años.
Y cree que la paz es el camino para cambiar nuestra realidad

Reciban un cordial abrazo

9/10/2011


El poeta Édgar Rincón Luna lee sus textos a bordo de un camión.



Los camiones

(Minicrónicas del 1er Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez)

Por Antonio Flores Schroeder

Sábado 3 de septiembre, 9:30 aeme. Cruzamos el Paseo Triunfo de la República en bola. Poetas y narradores se encaminan a la parada del transporte público frente al hotel Holiday Inn Exprés. Algunos escritores desvelados y sin prisa bromean, toman suero, agua, otros fuman.
El primer grupo encabezado por Osvaldo Ogaz aborda un camión de la ruta Kilómetro 20 rumbo a la biblioteca Ma’Juana, donde ya nos espera Ana Laura Ramírez. Con él suben otros tres escritores y la prensa.
La indicación es sencilla, hablar con el chofer y exponerle nuestra locura: leer poesía a los pasajeros.
Subo en el último grupo junto a Édgar Rincón Luna, su esposa e hijos. Nos acompañan Javier Izaguirre y Armando Milona y otros autoress de Tamaulipas. Comienza la función.
El camión avanza rápido entre baches, luego frena, baja y sube a pasajeros mientras Molina lee en su Blackberry algunos de sus textos. Niños, adultos y personas de la tercera edad parecen no creer lo que está sucediendo frente  sus ojos.
“Somos del 1e Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez, leemos aquí porque queremos recuperar nuestros espacios públicos, ya no queremos que esta guerra siga, queremos la paz”, digo en voz alta.
El aire caliente entra por las ventanas. El chofer acelera y vuelve a frenar. No quiere que el otro camión que va detrás lo alcance. La historia de todos los días en esta ciudad.
Rincón Luna como puede, se sostiene de sus letras para no caer.
“Es bueno el dolor 
Ver tu sangre de vez en cuando 
recordar la buena sombra a un lado de la cama. 
Entender que nunca estuviste solo 
que alguien se cobijó con tu dolor 
que alguien lloró contigo. 
Disfrútalo y recuerda 
algunas cosas 
nunca van a repetirse”.
Los pasajeros comienzan aplaudir cada vez que uno de los poetas termina su participación. Eso nos sacude a todos el corazón. Volteamos a vernos unos a otros y si decirlo comprendemos que nuestro movimiento va sobre ruedas.

The back

Por Alixia  Mexa
 (Parte I) 
Sólo fue el hecho del retorno fatuo a tu suelo gris, el mismo de ayer, tus ojos me miraron igual, tus manos me acogieron amorosas, tu cielo azul del mismo tono, tu brisa bullente, me da pié a pensar que conservas el alma intacta, que el ocre de tus dunas guarda los mismos sueños, que igual cabalgas generosa, triunfante entre el légamo que intenta cubrirte. (Te amo ciudad Juárez)

Ciudad Juárez es su gente, es Mèxico, amor a los otros, los desconocidos, los hijos pródigos, retornar a sus arterias a travès de un poema confirma mi creencia de que algùn dìa te encntraràs en la misma tierra en las condiiciones menos pensadas en tu vida. ENCUENTRO, la palabra en si encierra muchas cosas... sonidos de amistad, giros inesperados, nuevos descubrimientos, rostros, palabras, actitudes, todo un caudal de experiencias. Lo intenso de las cosas se dá en unos instantes, es como una semiilla que germina en tu mente, que se expande en tu sangre, que queda para siempre en tu espíiritu.

CAFEBRERIA SOL Y LUNA
Era a contraluz la caverna perfecta para tomar la dosis exacta de palabras, Nadia, Vìctor, Roerto, Armineè, frisaban sus paredes con sus trazos literarios...

Un contramundo infinito, un placer fugaz, una humareda de signos saliiendo de las bocas, un temazcal sediento que te purificaba el alma

BIBLIOECA COMUNITARIA MA`JUANA
El verdadero HACER, la flama suave dentro de la jungla, el verdadero esfuerzo y gusto, entre el polvo de los marginados, luna en noche oscura, en hora de tormeta: refugio. Fuè como penetrar en las pàginas vivientes de un libro que se  abrìa para mostranos su histtàbileoriia, para compartir con nosotros su verdad, para sentarnos en su lecho càlido, para paladear su carne, apagar nuestra sed, curarnos la soberbia... despertar nuestra conciencia dormida. ANA LAURA, la heroìna anònima, la luz de las pupilas de los niños,la fugaz estrella de la infancia de tantos...
Colonia Virreyes... Colonia de futuros poetas... que esto no pare.

PARQUE BORUNDA
La magia de Juàrez, el esplendor de su gente, sus puestos de elote, la vendedora del brazalete de oro, la irrigaciòn consatante de risas de niños, el vuelo de las burbujas, tarde dominguera de familiia, un dìia mas en el calendario de la vida y la nostalgia... la regia mesa 11... Roberto Castillo,Mgue Àngel Chàvez,  Uberto Stàbile... y alguien mas, con sed de atenciòn y tiempo, asi suelen ser las cosas, a veces... la lectura de la rosa, la fuente del espectador... el espacio pùblico sin nombre para leer SANGRE DE POETA era como rconocer el propio suelo, el alma de la poeta, que emrgente rondaba entre nosotros, rièndose de nuestra mortalidad y pretensiones... vibrando  tal vez con algo de su agrado...? !!! Susana pernoctò esa noche entre nosotros... en el hemiciclo a Juàrez sus letras habìan brillado con la imortalidad del polvo de diamantes!!  

continuará....

Fantasmas en el aeropuerto

 Por Antonio Flores Schroeder


(Microcrónicas del 1er Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez)

Jueves 1 de septiembre, 8:00 pe-eme: El calor avanza lento como un peatón por el puente libre. Apenas puedo respirar con la caminata, tal vez por eso imagino en la joroba de asfalto a Uberto Stábile descender del avión. Más adelante, al bajar de la nube, el agente de la Border Patrol me pregunta hasta de qué me voy a morir y yo le contesto por qué hay que vivir. Sofía me espera del otro lado del río que no tiene nada de bravo, ahí, donde el sueño a libertad huele a mota de la buena.
Al llegar al aeropuerto no encuentro al escritor español. Sala de espera, pasillos, pantallas, policías que me ven como terrorista, voces que anuncian llegadas y salidas parecen un soneto de Ogaz, pero mal hecho. Desesperado, le marco por celular a Édgar que diseña el encuentro desde la redacción de El Diario.
-No está.
-Viene de Dallas, llegó a las 8:25-. Tiene la calma de un hombre sin edad.
-Pero ya son las 8:50, se me hace mucho tiempo ya -. Mi estrés es el de un niño extraviado en un estadio Azteca repleto de aficionados.
Uberto no está por ninguna parte. Salgo por la puerta principal y veo detenidamente los rostros de cada uno de los hombres acompañados sólo de una maleta, tal vez cargada de dólares, ropa u olvidos.
Comienzo a sudar y la mente catastrófica me acorrala. Seguro, pienso frotándome las manos, se subió a otro avión o decidió no venir porque el viaje estaba demasiado viajado: en tren a Madrid, luego volar a Nueva York, después a Dallas y de ahí a El Paso.
Édgar, el de la noche interminable, me pide que vaya a la oficina de American Airlines y pregunte por la lista de pasajeros. Segundos después, como si fuera un fantasma, Uberto aparece frente a mi y un abrazo nos tropieza. La fiesta inició, pensé, mientras nos dirigíamos al estacionamiento plagado de chapulines y perros danzantes.

(Continuará…)

9/09/2011


“este lugar sin sur”

(micrónicas juaritas)

segunda parte

Por el róber castillo de playas


*
Llegaron las nubes y el calor amainó. Las montañas de la sierra, a lo lejos, son espejismos del alma. Los corazones de los habitantes están tranquilos, en paz, hasta que aparecen municipales, federales, ministeriales y militares, en pequeños grupos, deteniendo los carros porque no tienen permisos de circulación, porque tienen finta de malandros, porque las conductoras son demasiado bellas, porque los copilotos llevan lentes oscuros, porque llevan el cabello largo sin liga y parece roquero, o demasiado corto y parece Zeta, o porque la niña de cinco años de edad que va en el asiento trasero les sacó la lengua.


*
En las lecturas públicas, le comento a mijo Edgar, el de San Luis, Río Colorado, miro muchos bastones tanto del público como de los artistas, muchos problemas en el caminar; ¿Un mal paso? ¿Un accidente? ¿Exceso de ácido úrico o lírico?
     En las lecturas literarias los jóvenes utilizan de más las imprecaciones y las malas palabras; ¿Se los está llevando la verga, como ellos escriben?
     Hay muchas ejecuciones y asesinatos en los textos, formas de terapia y liberación; no es para menos. Pero también aparecen muchos gatos como personajes secundarios o incidentales en las narrativas; ¿Animal totémico?
     Los jóvenes escriben como hablan, es decir, transcriben; las mujeres escriben como imaginan; son más inventivas. ¿Es eso la literatura?


*
Recibo de regalo varios libros: Arminé me da su libro agotado Delincuentos; Miguel Ángel  Poemas completos de libros inconclusos y Entrelíneas; el Toño Flores me entrega a Oriana; Nadia Villafuerte sin querer Por el lado salvaje; Manuel Pérez-Petit y su Creo en los milagros, el Zerk riendo me da su Zero Borderland y, finalmente, Alixia Mexa su Rosa de arena. ¡Qué afortunado soy!
*
Leer por grupos en los camiones de transporte público es una maravilla; los pasajeros te lo agradecen con sonrisas, con aplausos, o te ignoran, pero escuchándote; es, como dice el Bonachón Camps, revivir una escena perdida de la película argentina El lado oscuro del corazón.

*
La Gaby Torres es de Monterrey, de Rosarito, de Tijuana, de España, de Medellín, de Mexicali, de Ciudad Juárez, de dondequiera que ella esté; es la dulzura y además es el conocimiento a flor de piel; es la carrilla y la rebeldía sin freno; pura emoción y palabra que devela; la enfermaria de la vida tal y como la conocemos.
     Desde hace unos dos años yo digo a viva voz que es la mejor narradora del norte, aunque ella no quiera que yo lo diga, pero yo así lo declaro porque, además de mis hijas de sangre, Gabriela, Carlota, Daniela y Trilce, también ella es mi hija, adoptiva como la Sayak y la Nadia.


ma*
Cuando llegamos el Domingo al tianguis cultural fue como llegar a la fiesta como invitado especial; mesitas con libros, cidís, aretes y collares, acetatos de rock progresivo; chácharas, pues; en una hora iniciaría el homenaje a la poeta Susana Chávez Castillo, mujer presente en todos los eventos. De pronto siento una mirada y volteo, es un bato de shorts, sombrero de cazador, lentes oscuros, larga barba entrecana, y le digo: ¡Buenas joyitas musicales! Yo vendo libros de pintura, contesta, el Pablo es el de los discos. Le digo que no conozco a Pablo, que soy un invitado que viene de Tijuana. Me pregunta si conozco a la madre de Julieta Venegas y le contesto que no, pero que ella es de Tecate, el pueblo donde nací. Me cuenta que en los setentas la conoció en Los Ángeles, California. Y sonríe. Hablamos de Baby Bátiz y los Rockin Devils, de sus pinturas de tierra de los desiertos del derredor; me dice que se llama Humberto González, como La Chiquita, el boxeador, pero que a él, por carrilla le dicen el Sabio; le digo que a mí me dicen el Cuervo; le regalo un libro mío que se llama Banquete de pordioserosmenú roquero para compas y compitas; me despido de él y sigo caminando, haciendo tiempo pal homenaje a Susana Chávez.
     Estoy convencido en experiencia viva que el fenotipo es global.

*

Mi compadre el Tomás no vino a Ciudad Juárez pero dice que ailesmanda un texto desde Mexicali:


Las llaves de la noche 

(elegía)

por Tomás Di Bella

El sol va a caer otra vez
Y en el desierto ulula el viento solitario
Y aún nadie sabe dónde viven
Cuáles son sus nombres
A quién pertenecen esas zapatillas
De quién son estos bolsos sin dinero;

El sol va a caer otra vez
Se irá dejando una estela de vergüenza
Un manto de coraje y estupor
Una rivera de lágrimas y sangre
Y aún nadie sabe quiénes son los asesinos
Qué rostro horrible tiene el verdugo
Cuántos son los enanos que le ayudan;

El día dará paso a la oscuridad
Y nadie querrá salir de sus habitaciones
De sus túneles y fosas
Todos duermen para descansar el cuerpo
Aunque el desierto esconda huesos rotos
Bajo su arenisca se seque la carne
Y se calcine la mirada de inocencia.

¿De qué está hecho este país
Que deja que mutilen a sus hijas
Y arroja al meandro a sus princesas?
¿Quiénes están muy campantes en la cúpula
Cuáles son sus nombres y dónde viven
Que permiten que sus hijas sean violadas?


El sol se irá dejándonos perplejos
Y aún las fauces trituran otra mano
Se pisotea la luz sin prueba alguna
Y se macera la esperanza sin dejar rastro
Mientras se destaza el pecho que nos alimenta
Se hace rito de criminal el muslo desnudo
Y se blasfema sobre la fertilidad del vientre

Cae el sol huyendo de la tiniebla
Y las ciudades son ahora más viejas y decadentes
Los oficios no sirven y el dinero se pudre
Los frutos de la tierra son veneno
Y nadie podrá cantar o bailar ni amar
Y nadie dormirá en paz ni tendrá sueños
Mientras la carne grite por justicia

¿Quiénes son los jueces que se burlan
El oficial indiferente ante el exterminio?
¿Quién cava las fosas y arroja cal a los cuerpos?
¿Quién recibe el dinero que esconde la daga,
y bendice la tierra que escupe la osamenta?
¿Quién voltea la mirada y sigue con su vida
Mientras se pudre el espíritu en la ignominia?

¿Quién forjará las llaves de la noche
Y mostrará el camino de los muertos?
¿Quién encenderá los cirios de la verdad
Y señalará al turbio asesino?
¿Quién se alzará en contra del genocidio
Y dará dignidad a la obrera mancillada?

Cada muerta un cardón de espinas en la frente
Cada víctima un alarido en la soledad
Cada cuerpo inerte una bofetada a la conciencia
Cada violación una burla a la herencia
Cada desaparecida una lluvia de sangre en tu mesa
Cada mutilada una pesadilla sin final
 Cada muerta es nuestra muerte.

*

Yuvia se pone orejas de gatita o cuernos de diablo, según el día o según la hora, pero siempre está sonriendo; Edgar Rincón dice poco pero hace mucho, siempre está en la reflexión aunque a veces se cansa y se queda dormido; Toño no puede estar quieto, fue un niño hiperactivo en el kínder; son la Santísima Trinidad del Encuentro de Escritores de Ciudad Juárez y entregan su corazón, a nombre de los habitantes de Ciudad Juárez. Ojalá y así hubieran más personas en el mundo y las cosas no estarían tan mal.


el róber castillo de playas